Una vez mas, naufrago; entre los mares de la penumbra,
Desconsolado y perdido entre los turnos de un melàncolico violìn,
Contemplo a mi fiel doncella; la blanca luna, me alumbra,
Me acerc y difiero entre los cordales de una rosa, que me besa alfìn,
¿Recuerdas acaso el rubor de nuestro incierto e intengible andar?,
Fuiste tu la musa de mis sueños, mi destino, vocación y determinación,
Fuiste tu la estrella mas brillante ante el ocaso de nuestro caminar,
Remembrando entre los lienzo de la noche, lloro los pesares de mi pasión,
La presencia de un silencio sintetizado por tu ausencia,
Conforman los dulces cánticos de un amargado anochecer,
Trato de sonreír a la vida y gélidas caricias me hacen estremecer,
Entre ellas habitan los amantes de un retrato de carencia,
Carencia que infortuna y erra de sed, añorando consumir,
El lúgubre, fúnebre, y embriagante licor de tu boca,
Que a toda alma que llegase a condenar con una gota; agota,
Hace de su vida un infierno y sufre cada instante al asumir,
Que se piensa más en la desesperación y deseos ambiguos,
Vulgares y mundanos para extasiarse y sentir,
Los abrazos de unos pétalos indiferentes y antiguos.
A tiempo de discernir..., y prefiero disentir,
